miércoles, 18 de septiembre de 2013

Esperando en la pasividad


La pasividad mental es una plaga en nuestra sociedad. Personas que no se mueven, que nunca se moverán. No se moverán por los demás, pero tampoco se moverán por ellos. Siempre están esperando a que sea otro el que tome las decisiones importantes. Esperando a que una entidad "superior", ya sea dios, el gobierno, la sociedad, el dinero, los compañeros de trabajo, los padres, los amigos, los hermanos, el marido, la mujer, los hijos, solucionen sus problemas y les hagan la vida mejor. Podrás hablar con ellos, decirles cosas que deberían resultarles positivas, ellos te mirarán y te dirán que cuanta razón tienes, que deberían ser más valientes y dar un giro a las frustraciones de sus vidas. Pero da igual lo que digas o lo que ellos piensen sobre lo que dices. Al finalizar la conversación volverán a ese estado letárgico. Me refiero a una letárgia mental, no física. Es lo único que saben hacer, no es intencionado. Nunca han pensado por si mismos, para ellos mismos. Nadie les ha enseñado a hacerlo. Siempre se han dejado guiar. Se han dejado guiar desde pequeños por valores impuestos, y ahora ellos mismo se guían en sus vidas adultas. Les han enseñado "el camino", y les han convencido tanto de que este camino es el "correcto", que ahora ellos solitos lo siguen y reniegan de cualquier otro camino.
Puedes padecer esta pasividad mental de la que hablo, pero tener una rutina. Una rutina que te obliga a tener una actividad mental, pero que no tiene nada que ver con pensar en ti. Pensar en la rutina no anula tu pasividad mental. Ir cada día al colegio, a trabajar, a hacer deporte, a divertirte, son actividades físicas que requieren de un ejercicio mental, pero es un ejercicio mental vacío. Esa rutina que crees impuesta por la sociedad, aunque realmente auto-impuesta por ti ¿O acaso alguien te ha amenazado de muerte si no ibas a trabajar? ¿Vas a morir por decirle a tus padres que no quieres volver a verlos? ¿Acaso no vas a poder disfrutar de la existencia por no tener estudios? Entras en esta rutina y no consigues pensar en ti. Como vas a conseguirlo? Desde niño te levantas pronto por la mañana, te pones los adornos y máscaras para ir a trabajar, vas a un lugar en dónde pasas todo el día frustrándote o alegrándote por cosas vacías y mundanas del entorno laboral, para acabar llegando a casa por la noche y utilizar ese último espacio para relajarte viendo la televisión. ¡Otra actividad que no ayuda a pensar! Y cuando tu cerebro trabaja, lo único que piensas son cosas vacías como "tengo que hacer esto", "a tal hora toca esto", "multiplico tanto por tanto, y me da tanto", "si me esfuerzo más, seguro que me suben el sueldo” “como hago para ser más eficaz que otros compañeros” “Si Messi es mejor que Ronaldo, o al revés” y otros muchas actividades mentales realmente vacías. Así pasas toda la semana hasta llegado el fin de semana, espacio que aprovechas para divertirte. No quieres pensar, no quieres analizar que estás haciendo con tu vida, tu cerebro ya está saturado de tanto pensar en las banalidades del trabajo, de la pareja, de los padres, y tantas otras. Simplemente vas a desahogarte esperando a que llegue otro lunes, y todo vuelva a empezar. Y tú ni siquiera lo sabes. Crees que la semana siguiente será distinta. Pero como va a ser distinta si estas realizando la misma rutina cada día? Como te puedes engañar tanto?
Existe una ruptura anual en esta rutina. Se llama vacaciones. Un periodo variable en dónde aprovechas para escapar de tus realidades. Aprovechas para desconectar. En este periodo existe la posibilidad de pensar. Es la única oportunidad que tienes, pues vas a estar varias semanas sin realizar tus rutinas. Al tener más tiempo libre de responsabilidades puedes sentarte y empezar a escucharte. Empezar a pensar. Pensar porqué te estas sometiendo a tanto estrés. Y quizás, solo quizás realices que tu eres el principal culpable de todas tus frustraciones, pues aceptas someterte a esas situaciones, aceptas escuchar lo que los demás tienen que opinar sobre como deberías vivir tu vida, sobre que es lo mejor para ti. Digo "quizás" pues lo más seguro es que te convenzas que "la vida es así", que hay que seguir estas rutinas, pues todo el mundo lo hace y nadie escapa de ellas. Y ahí te quedarás estancado, y probablemente te encontraras en la misma situación el año que viene. Te convences que la vida es así. Que afirmación tan terrible que solo puede llevar a la pasividad. El aceptar que las cosas son así, que no sirve de nada luchar contra ellas, o mejor dicho, desprenderse de ellas.
Pensar en ti, analizar como estás llevando tu tren de vida, ver si lo que dices y lo que haces corresponde con lo que sientes, todas estas cosas están infravaloradas y son un auténtico privilegio para quienes lo practicamos a diario. Tú ya no puedes pensar. No tienes tiempo, no quieres tenerlo. Entre el matrimonio, los hijos, los padres, y el trabajo, a penas te queda espacio para ti, y ese espacio lo usas para no pensar, para relajarte. Televisión, música, videojuegos, lectura, hobbys, arte, diversión y cuantas cosas más que desconozco usas para relajarte, para vaciar tu mente saturada. El resultado es que eres una persona que ha dejado de sentir. Eres máquina que se mueve por un interés puramente material, pues piensas que la única salida a tu situación es conseguir el suficiente dinero para no trabajar más. Existe la posibilidad de que consigas esa riqueza material, pero esa no es la realidad para la mayoría. Y mientras esperas a que llegue esa "lotería", sigues realizando tu rutina. No harás nada por ti, pero pensarás que lo estas haciendo. Trabajarás, seguirás rellenando billetes de lotería y eso te hará creer que estas haciendo algo por ti, y que si no has obtenido más beneficio y reconocimiento, es todo culpa tuya. Seguirás buscando esa manera de sobrevivir cada semana a todas las frustraciones a las que tu mismo te sometes, buscando esos "espacios seguros" en dónde podrás relajarte de ser como eres. Relajarte mientras esperas que todo vuelva a empezar, pues la vida es así, no existe otra manera de vivirla. De manera “inconsciente”, te fuerzas a estar mal, a no amarte. Y si no te amas, como vas a poder amar a los demás? Algunas personas con las que converso temas activistas y sociales se preguntan como es posible tanta pasividad social. Como es posible que la gente vea sufrir a su vecino, y no sienta empatía por ayudarle. Aquí tienen la respuesta. No pueden ayudar a nadie, porqué no son capaces de amarse. Nadie les ha enseñado.
En cuanto empiezas a amarte, empieza a desaparecer tu pasividad. En cuanto empiezas a pensar que hay alternativas a estas rutinas, empieza a desaparecer la monotonía. En cuanto realizas que los valores impuestos por la sociedad, por tu entorno, por tu familia, por tu pareja, pero sobretodo por ti mismo, no son los únicos, es cuando empiezas a despertar. Empiezas a ver lo estúpidamente mecánico que has sido todo este tiempo. Empiezas a ver las cosas con claridad, empiezas a entenderlas mejor. Empiezas a comprender las humillaciones y frustraciones a las que te has sometido por unos cuantos billetes, por el sueño de ser rico. Un sueño que solo pueden alcanzar los seres más egocéntricos, sádicos, faltos de cualquier clase de empatía y amor. Ser rico es un juego en el que solo pueden vencer los más despiadados. Y tu en el fondo no eres así. No lo eres, porque todavía me estas leyendo. Muy poca gente es así.
Hasta que no te des cuenta que tienes que amarte para poder alcanzar cierta paz interior, seguirás frustrado y nosotros seguiremos viendo como la falta de empatía seguirá infestando nuestra sociedad.
No permitas que otros te digan como debes vivir tu vida. Nada esta escrito en ningún sitio, no hay ninguna ley divina o moral que te obliga a comportarte de ninguna forma. Las únicas leyes divinas o morales que existen son aquellas que tu has decidido aceptar como válidas.


Ámate y libérate de ti mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario